Para qué lo va a decir uno si el mismo Schmier lo dijo en pleno escenario... que Destruction acá se siente como en casa, si desde su vuelta que la banda no ha dejado de venir a Chile para presentar cada uno de trabajos. La de “D.E.V.O.L.U.T.I.O.N” no fue sólo la excepción, porque de todas, es la primera vez que llega con un álbum inmediatamente editado, siendo que en las cuatro ocasiones anteriores arribó meses después del lanzamiento de “All Hell Breaks Loose”, “The Antichrist”, “Metal Discharge” e “Inventor Of Evil”, respectivamente.
Destruction ahora fijaba las primeras fechas del tour de “D.E.V.O.L.U.T.I.O.N.” en suelo latinoamericano, por lo que de seguro se vería a un trío algo más fresco que en los años pasados. Pero este concierto se transformó en uno de mis favoritos de la leyenda del Thrash germano por varios motivos más que sólo ese. Uno de ellos, porque los chilenos al parecer no se cansan de su show. Las cerca de 800 personas que asistieron formaron parte de la concurrencia más grande que Destruction, en calidad de acto principal, haya tenido en Santiago, casi doblando tal vez al público del 2004 cuando Krisiun abrió el espectáculo. El piso del Novedades no dejó espacios vacíos, con thrashers hasta el fondo y nuevo seguidores por todas partes. Y eso que recién había regresado Sodom...
Y lo otro, de nuevo lo digo, no sé si me estaré acostumbrando a la acústica del teatro, pero creo que es la primera vez que Destruction es capaz acá de enseñar que en vivo puede emular el sonido que Jacob Hansen ha puesto en los últimos discos. No es que el concierto haya sonado tan claro como “Inventor Of Evil”, “Thrash Anthems” o “D.E.V.O.L.U.T.I.O.N.”, pero el tono de cada instrumento se asimilaba mucho al de tales placas, con la misma fuerza y grueso empaste, otorgando una credibilidad que se notó como nunca en Santiago. Así, se deja en claro que la regrabación de los clásicos en “Thrash Anthems”, bajo una producción ultra moderna, no fue un experimento exacerbado de estudio, sino una certera muestra de lo que hace esta banda en cualquier escenario, ¡incluso en este!
Pese a que el show estaba anunciado a las 21:00 horas, lamentablemente Nuclear se subió harto más temprano, antes de las ocho, cuando la gente todavía no llegaba en masa. De hecho, el recinto se abarrotó sólo minutos previos a la salida de Destruction. Por fortuna, el grupo nacional no se demoró en corroborar por enésima oportunidad que es el acto en vivo más sólido en estos momentos de la escena, siendo capaz de incitar a mosh, patadas y salvajismos varios sin importar la cantidad de veces que lo ha hecho. Eso es efectividad, eso es Thrash, eso es Nuclear, una banda que se disfruta de verdad sin la necesidad de recurrir a frases de “apoyo a la escena” para realmente encontrar un motivo para celebrarla.
Schmier, Mike y Marc entraron a las nueve dando comienzo a un show más largo de lo normal -quizás una muestra de la energía de un grupo que empieza a girar-, que recién bajó su telón a las 22:40 y nunca disminuyó en intensidad. ‘Curse The Gods’ y ‘Nailed To The Cross’ conformaron el primer combo doble del trío, dando paso al tema título del nuevo trabajo que, en ese setlist, se mostró muy cercana a la actitud de los clásicos de Destruction, en especial por su explosión inicial. Por eso la inmensa ‘Mad Butcher’ se ajustó muy bien en este cuadro, para luego de una pausa continuar azotando con otras de las mismas proporciones, ‘Eternal Ban’ y ‘Life Without Sense’.
El cercenamiento con los temas ilustres entró en stand by para que una de las grandes canciones del Destruction siglo XXI, la antémica ‘Metal Discharge’, tomara las acciones en el cometido. Pero de esta era, el que más estragos causó fue ‘Thrash ‘Til Death’, hoy en día un referente del género que, con introducción y todo, repercutió con violencia y algarabía entre el público luego de ‘Death Trap
Por el contrario, una canción que la mayoría no hizo más que escuchar fue ‘V.icious Circle (Seven Deadly Sins)’ de “D.E.V.O.L.U.T.I.O.N.”, posiblemente por lo nueva que es, aunque también quizás por esa adición de coros de monje que la hacen tan extraña. En fin, tema del video, tema que no puede faltar en una gira del disco en promoción. Así entonces, luego de animarse en ambiente con un solo de Marc en la batería, se comenzó a escuchar ‘Tormentor’, en un momento que el setlist parecía adentrarse en tierra derecha del espectáculo.
Pero Destruction estaba para mucho más, continuando con una pila aplastante de clásicos desde aquí hasta la penúltima ejecución salvo ‘Soulcollector’, el único corte sobreviviente de “Inventor Of Evil”. Así salieron para destrozarlo con todo ‘Invincible Force’, ‘Cracked Brain’, ‘Total Desaster’ y ‘Bestial Invasion’, con un recinto rendido otra vez con las municiones del trío y sus temas insignes.
Han existido algunos rumores y declaraciones con respecto a que Destruction estaría pensando en dejar los escenarios y la intensa actividad que hoy los mantiene en un buen presente, sin embargo, Schmier prometió al final que la banda volvería apenas pudiera a Chile, dejando notar que nunca tendrá suficiente del país -como tampoco los fans de ellos-, ni de lo que tan bien saben hacer: actuar en vivo. Con ese saludo se fueron tocando ‘The Butcher Strikes Back’.
De todas las bandas europeas, es posible que Destruction sea la que haya construido una de las relaciones más cercanas con Chile, sellada en esta quinta ocasión con un show extenso, un buen sonido, y una intensa y concurrida respuesta del público. A juzgar por lo del lunes en Santiago, los abrazos entre Destruction y los chilenos son más estrechos en cada oportunidad.
Fuente: Rockaxis
Mar Oct 14, 2008 10:37 pm
